Cada verano, se da la misma situación, la madera de pie del jardín que lleva años sin tratar, sin recibir ninguna protección y que por el motivo que sea, este año y en poco tiempo, y sobre todo con muy poco presupuesto, pretendemos tener toda esa tarima exterior en perfectas condiciones, porque se ve fea, agrisada, deteriorada después de varios años, y nos gusta salir a la terraza o al jardín a tomar una cervecita o refresco, o simplemente hacer una barbacoa con los amigos.
Lo primero que hay que saber y que yo recomiendo, es que toda madera de exterior requiere un mantenimiento para alargar la restauración de tarima exterior, y este mantenimiento nos lo dirá la propia madera, en función de donde la tengamos situada, cerca del Pinar o en la montaña, si es una tarima con mucho tránsito, Cuantas horas está expuesta al sol, el contacto con el agua… Está claro que dependiendo de los diferentes factores en los que se vea sometida, dependerá el mantenimiento de esta y el tipo de productos que se deben aplicar.
Actualmente existe Lura gran variedad de productos para tratar toda esta madera de exterior (sea madera de pino, madera dura o tropical, o madera blanda), desde lasures hasta aceites. Estas dos opciones son igual de válidas para proteger y embellecer nuestra madera.
Primero de todo, definamos que es un lasur y que diferencias hay entre este y un barniz sintético convencional. Aunque la composición de los barnices actuales ha evolucionado notablemente hay otra manera mucho más eficaz de tratar y proteger la madera que está en el exterior, es con los lasures. Si aplicarnos un barniz sintético, forrarlos con una película sobre la tarima exterior, como si pusiéramos una piel encima, con lo cual el sol actúa corno una lupa resecándola y consiguiendo que al final esta piel se acaba cuarteando, escamando y rompiendo, como pasa con nuestra piel si te quemas por el sol.
El lasur, al contrario que el barniz, penetra profundamente en la madera. Al no formar película o piel exterior, permite que la madera respire y se mantenga siempre el equilibro entre la humedad propia de la madera y la del medio ambiente que la rodea. De esta manera protege y embellece la madera respetando al máximo el aspecto natural de sus vetas, ofrecen una alta resistencia a los rayos UV, son elásticos, repelentes al agua e incorporan además fungicidas e insecticidas para la prevención de hongos, carcomas o termitas. Por el contrario, a diferencia de los barnices y protectores, los aceites no forman película en la superficie de la tarima exterior, lo cual preserva su aspecto natural y su tacto y hace de los aceites la solución ideal para proteger la madera de exterior de la intemperie y de las manchas de grasa.
Aunque están especialmente formulados para proteger las maderas exóticas, los aceites también se puede aplicar sobre maderas blancas europeas de tipo pino. También nos protegen de los rayos UV, repelen el agua V nutren la madera de ipe, devolviendo los nutrientes perdidos de esta por el paso del tiempo.
Bien, una vez tenemos claro la diferencia entre lasur y aceite para madera, yo siempre me decanto por aplicar el segundo para proteger toda madera de exterior, ya que sus propiedades son más naturales y el resultado final siempre será más natural que la de los lasures. También es cierto que el mantenimiento de la madera con aceites, nos requerirá más tiempo y trabajo que hacer, ya que posiblemente si queremos tener la madera en un estado óptimo, deberemos aplicar una o dos capas de aceite cada seis meses. Yo siempre recomiendo aplicarlas justo antes de los cambios de temperatura bruscos, es decir en primavera y otoño
Si no te va mucho el bricolaje siempre puedes llamarnos para hacer tu restauración de tarima exterior